sábado, 14 de noviembre de 2009

El Extraño



Sentado en un bar de mala muerte un extraño hombre de largos y oscuros cabellos se encontraba sentado frente suyo había vasos vacíos testigos de una gran ingesta de alcohol, tal vez un intento por borrar un hermoso y tranquilo pasado y distraerlo de su horripilante presente que hacia ver al futuro como un hueco oscuro que lo esperaba cada vez mas cerca a cada instante que pasaba. Aunque hacia horas que estaba sentado en ese lugar y había bebido mucho sus ojos solo demostraban nostalgia y tristeza… no eran los ojos de un alcohólico normal, no había euforia ni tampoco despreocupación. Cuando el reloj de la ciudad marco las doce de la medianoche el extraño se levanto de su asiento, acomodándose su larga gabardina negra y poniéndose un sombrero de igual color, en su andar elegante y recto hacia la puerta veía a los ebrios acostados en las mesas durmiendo y los que cuya mirada reflejaba despreocupación y dispersión, casi con asco. Cuando iba por la calle en la negra noche sin luna, veía a vagabundos escarbando botes de basura con hambre y desesperación en sus ojos, mas adelante en su camino se topo con varias prostitutas que le ofrecieron sus servicios por un buen precio, a las que ignoro como si fueran meros espejismos de algo repugnante.
En un callejón también vio como dos tipos le robaban a otro y huían como ratas en una alcantarilla, en su mente pensaba, lastima que esa alcantarilla se llame mundo.
Pasaba por un depósito abandonado cuando unos gritos femeninos llamaron su atención estos pedían un auxilio desesperado como los de un perro que estaba siendo apaleado por crueles personas que cometían un acto de violencia y crueldad para desaparecer el aburrimiento que los atacaba. Su interés por eso era nulo no le importaba la suerte de quien pedía a gritos desesperados un salvador, pero había algo en su interior que lo obligo a ir a investigar, abriendo una vieja y sucia puerta vio a diez hombres que rodeaban a una mujer, posiblemente una prostituta, en los rostros de todos los hombres podía verse el hambre animal por sexo, sus caras ya no eran humanas mas parecían monos sedientos por el deseo y la lujuria, la mujer con rubios cabellos alborotados y todo su rimel corrido que pintaba unas lagrimas negras que recorrían su rostro y un temor que al parecer no había experimentado en todo su vida, esa imagen era similar a la de un conejo herido rodeado por lobos sedientos de sangre. Cuando la mujer lo vio un rayo de esperanza cruzo su mirada y a gritos a un mas desesperados que antes lo llamo para su auxilio, los hombres al verlo gruñeron de rabia y uno golpeando a la mujer, empezó la estampida de todos hacia el extraño que no expresaba ningún tipo de emoción ante la temible situación. Uno de los hombres salto para taclearlo, pero solo fue suficiente con una patada del extraño para poder repelerlo y dejarlo inconsciente en el suelo, los restantes lo rodearon y algunos sacaron armas como cuchillos y cadenas y esperaban para poder masacrar al extraño cuyo rostro ahora mostraba repulsión.
Unos de los que se encontraba a su espalda que tenía las cadenas salto para ahorcarlo con estas pero su intento era tan inútil como tratar de mover un árbol grande del suelo solo con las manos, su acción fue respondida con un cabezazo del extraño y ser lanzado hacia una pared cercana, el estruendo que hizo el cuerpo contra la pared parecía la un martillo rompiendo madera, sacándose las cadenas que aun rodeaban su cuello las saco y ato un extraño a su mano, los restantes oponentes le miraban cautelosos. De la nada y con una velocidad extremadamente asombrosa empezó a girar y golpeaba con las cadenas a todos sus oponente que caían como soldaditos de plástico tirados por el viento, solo uno quedaba este era el mas grande y rudo de los del grupo y poseía en su poder un gran cuchillo con un filo mortal, no había miedo en su rostro solo ira antes de que pudiera hacer algo el extraño se encontraba frente suyo y lo sujetaba del cuello como si fuera una gallina en solo instantes este se desmayo por la falta de aire.
Una vez todos los hombres derrotados este empezó a ver a su alrededor de arriba y abajo y decía con una voz dura y autoritaria, vamos sal de donde estés ya acabe con tus títeres sal de ahí abominación, debería darte vergüenza utilizar a estos infelices seres como herramientas para cometer este acto de pecado solo para poder aumentar tus poderes, me das asco. De la nada una vos tétrica y burlona salía de las sombras que cubrían el lugar y respondían al ataque verbal del extraño, je je ¿asco, yo a ti? Tú eres el que fue condenado a estar en este mundo por el resto de su existencia, el único patético eres tu, créeme a mi me encante este lugar lleno de estos seres que perdieron su camino, son mi pan de cada día. Una sombra salio del piso y tomo la forma de un hombre alto con cabellos cortos y con un color oscuro aun mas fuerte que la del extraño parecían una porción de oscuridad tomada de una cueva que jamás había visto la luz, que vestía un traje de color negro, su rostro era pálido y sus ojos rojos como la sangre que brotaba de una herida, mirando a los ojos al extraño le dijo, ¿Qué te crees sacándome mi comida? El extraño lo miro con cautela y le respondió, ¿Eres un Incubo verdad? Manipulaste a todos estos sujetos para que la energía sexual y deprava que emitiría la violación de esa mujer te alimente. El Incubo sonriente le respondió, Ángel Caído veo que adivinaste mi método, y por eso veras que no puedo dejarte salir con bien de este lugar aunque la muerte no hará mas que alivianar tu dolor, hace mucho que no peleo con algo como tu.
El extraño se puso en posición de batalla para esperar la respuesta de su nuevo y poderoso oponente, el demonio transformo sus manos en oscuras garras de demonio y se abalanzó a destripar al Ángel Caído, pero este con la cadena que aun tenia en sus manos lanzo un azote con estas dándole en los ojos y dejándolo ciego, aprovechando esto tomo el cuchillo que había tirado a su lado en el suelo y se lo lanzo clavándoselo en la frente, y de nuevo con un velocidad increíble lo termino de rematar con un poderoso golpe de su puño y dejando caer su oscura gabardina dejaba ver unas enormes alas de color negro y tomando el cuerpo del demonio por el cuello con su mano izquierda empezó a elevarse y llegando a una altura de aproximadamente diez metros el cuerpo del demonio ya no era humano ahora era en su totalidad el de un demonio, con una mirada vacía le dijo, te equivocaste nunca luchaste con alguien como yo. De repente de su mano derecha empezó a salir un brillo segador y lanzo hacia arriba el cuerpo del demonio y cuando esta por caer encima de él le dio un manotazo con su mano derecha que lo convirtió en cenizas, volviendo al suelo se puso de nuevo su gabardina y miro a la mujer que se encontraba en estado de shock por todo lo que había pasado y le dijo, vete de aquí yo ya me voy si ellos se levantan y desean terminar con lo que empezaron no los detendré, ya me involucre demasiado. Cuando el extraño que resulto ser un Ángel Caído tomo marcha del lugar la mujer con un hilo de voz pregunto ¿Cómo te llamas? El sin saber porque le respondió Max y se marcho a la oscura y fría noche de nuevo a su camino.